Así lo confirma el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, José Ramón González-Juanatey. La mayor parte de estos avances provienen del sistema sanitario y educativo español, el cual contribuye enormemente a las innovaciones científicas. Según parece, la contribución desde el sector público le corresponde el 90% de los estudios de este campo, llevados a cabo con gran éxito.
Las enfermedades cardiovasculares, previsibles en el 90% de los casos
Una de las causas de la mejora es la constante asignación económica, no solo a la investigación y la prevención, sino también al servicio de atención hospitalario y las subvenciones de tratamientos. De hecho, la mayor parte del coste de sanidad ante problemas cardiacos, alrededor del 50%, corresponde a la hospitalización de pacientes con dolencias cardiacas. Seguida del gasto farmacéutico, que varía según las patentes. Según el Servicio Murciano de Salud (SMS), el gasto para dolencias cardiacas es enorme, pero totalmente necesario y justificado.
Aumento de la mortalidad por problemas cardíacos en época de crisis
Aunque en las últimas décadas los datos hayan mejorado considerablemente, el efecto de la crisis en la que está sumergida España se hace notar también en la salud cardiovascular de los ciudadanos.
Tal como comentamos en el artículo La crisis incrementa la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, la enorme crisis en la que se ha visto envuelta la sociedad española ha afectado negativamente a los hábitos saludables y a la prestación de servicios sanitarios destinados a combatir las enfermedades cardiacas.
Por consiguiente, el coste por enfermedades cardiovasculares también se ve incrementado, debido a la necesidad de cubrir servicios relacionados, tales como medicamentos, dispositivos de urgencias, maquinaria especializada, emergencias, responsables médicos especializados y otras acciones relacionadas de manera indirecta, como son los despliegues de campañas para advertir a la población de las causas más destacadas en la aparición de enfermedades cardiacas.
El propio José Ramón González-Juanatey confirma el ligero repunte de mortalidad cardiovascular en el año 2012 y confiesa estar de acuerdo con las causas que han conllevado a esta bajada de esperanza de vida. Los expertos como él lo atribuyen al estrés de los ciudadanos en una época de crisis. El desempleo y la pobreza genera dosis enormes de estrés en personas de mediana y avanzada edad. Además del aumento del umbral de la exclusión social y la pobreza, cabe añadir los enormes recortes de políticas sociales, recortes de subsidios, de prestaciones de dependencia y en general de la sanidad.
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